Recogida de Firmas Salvemos el Frontón Beti-Jai de Madrid
Para: Comunidad y Ayuntamiento de Madrid
Por desgracia nunca pasa nada, hasta que pasa...
Ante el estado de abandono y degradación continua del frontón Beti-Jai, situado a una manzana del Paseo de la Castellana, en la calle del Marqués de Riscal nº7, exigimos a la Administración competente que ejerza las medidas necesarias para la recuperación de esta joya de la arquitectura madrileña, monumento único en su tipología, que mereció en 1977 su incoación como tal, ratificada en 1991 como Bien de Interés Cultural.
El frontón, obra del Arquitecto cántabro Joaquín de Rucoba, tras una fachada ecléctica, esconde al viandante un espacio vacío de 67 metros de longitud por unos 20 metros de anchura, rodeado en dos de sus lados por un graderío elíptico de una enorme ligereza y elegancia, testigo de la arquitectura del hierro, que se cierra en su lado oeste por un muro curvo de ladrillo de estilo neomudéjar.
La recuperación de este edificio es viable y necesaria, y si no fuera por intereses puramente económicos y especulativos (no olvidemos que está en una de las zonas más exclusivas de Madrid), la Administración debería haberlo expropiado y restaurado devolviendo a la ciudad un fragmento de su historia, un documento único en el mundo y en definitiva un monumento que le pertenece; demostrando así que somos una ciudad culta que valora y exhibe con generosidad su patrimonio.
Su aforo original de 4.000 espectadores, una vez restaurado podría fácilmente albergar más de 3.000 personas en condiciones de confort actual, creando un “contenedor” idóneo tanto para su uso deportivo original –ya sea el juego de pelota, o diversas disciplinas olímpicas: gimnasia, esgrima, halterofilia, lucha libre, etc. como para uso cultural y lúdico, pues permite el desarrollo de espectáculos, desfiles de moda, determinados tipos de festejos; e incluso podría albergar en sus corredores un pequeño museo al aire libre alrededor de un vacío, que a modo de plazuela cerrada serviría a un barrio con escasisimas zonas libres, garantizando así el uso continuado del conjunto y, en consecuencia, su mantenimiento.
Esperamos una respuesta pronta tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad, pues su pérdida inminente si no se toman con urgencia las medidas necesarias sería irreparable y tendría la consecuencia dramática de privar a Madrid de uno de sus mejores y más singulares monumentos, y de avalar en cierto modo el triunfo de la especulación y el enriquecimiento ilícito sobre los bienes que favorecen a la ciudad.