A NUESTRO QUERIDO AMIGO ANTONIO
Los abajo firmantes, hombres y mujeres de distintas procedencias, queremos en este momento dejar testimonio de nuestra solidaridad, afecto y cariño hacia nuestro amigo Antonio, Antonio Fernández García, ex Consejero de Empleo de la Junta de Andalucía, en estos momentos difíciles y dolorosos tanto para él como para su propia familia.
Tod@s nosotr@s somos personas que nos sentimos profundamente orgullosos y defendemos con pasión el vigente modelo de común convivencia asentado en nuestros valores constitucionales. España es un Estado de Derecho y eso nos obliga a todos, ciudadanos anónimos, responsables públicos y privados, organizaciones e instituciones, a cumplir escrupulosamente con las leyes y reglamentos que conforman nuestro marco de relaciones.
Los que así nos manifestamos respetamos, en el marco de las actuaciones judiciales del denominado “caso de los ERE”, la labor desempeñada en su instrucción. Somos conscientes de la extraordinaria complejidad del asunto y de su importancia desde todos los órdenes que puede ser analizado. Por eso, queremos destacar la colaboración sin reservas que Antonio Fernández ha tenido con la Justicia a lo largo de los intensos días que ha durado su declaración.
A sus amigos nos enorgullece esa puesta a disposición, no solo en los últimos días, sino a lo largo de todo el prolongado tiempo, catorce meses, que va desde que Antonio resultara imputado hasta que fue por primera vez llamado y ha tenido efecto su declaración ante el Juzgado.
Antonio nunca dudó de que llegaría ese momento de acudir a colaborar con la Justicia en la aclaración de los hechos. Y hasta entonces ha seguido trabajando con abnegación, ahínco, inteligencia y honradez en defender desde su puesto de Presidente del Consejo Regulador del Jerez los intereses de lo que es uno de sus amores: el vino y el marco de Jerez. No podía ser menos en alguien que ha dedicado su vida al servicio público desde la vocación y no desde una mera puesta a disposición. Pero cuando ha llegado ese momento Antonio ha acudido al llamamiento judicial: constándole que poco antes ese mismo Juzgado había enviado a prisión a un subordinado suyo y por tanto perfectamente consciente de su propio panorama de riesgos: con todo y ello Antonio acudió al llamamiento.
Nuestro proyecto colectivo de convivencia en común que diría Ortega, también se fundamenta en otros dos principios de referencia. Nuestro Estado es Social y Democrático. A hacer efectivo en nuestra querida Andalucía el carácter “social” de nuestra Comunidad Autónoma ha dedicado su labor durante años Antonio Fernández. Incontables son los acuerdos y soluciones a conflictos socio laborales a los que ha llegado Antonio de la mano de las organizaciones sindicales y empresariales andaluzas. Siempre lo tuvo claro: defender los intereses del tejido productivo andaluz y sus actores con las herramientas e instrumentos que pone a nuestra disposición el Estatuto de Autonomía y su desarrollo. Lamentamos que algunos den muestra de haberlo olvidado con tanta facilidad.
Como lamentamos el daño inmenso que recibe la propia Comunidad Autónoma de Andalucía, cuando al socaire de este proceso irresponsablemente algunos airean y viene propagándose así a escala mediática nacional una imagen de corrupción generalizada que, estamos seguros de ello, en absoluto se compadece con la realidad.
El carácter democrático de nuestro sistema de relaciones hace posible la libertad. Desde la libertad, los amigos de Antonio manifestamos nuestro respeto y también nuestro firme reparo ante la drástica decisión de someterlo en el actual momento procesal a la prisión comunicada sin fianza.
Entendemos, por las razones antes expuestas, que ni la pasada –y a los hechos nos remitimos- ni la futura conducta de Antonio encuentra acomodo en los supuestos delimitados por la norma. Antonio no es de los que se fuga ni esconde; siempre da la cara. Aunque pudiera, y no se antoja cómo, Antonio nunca dificultaría la investigación y la labor de la Justicia; es un ciudadano convencido de sus obligaciones y responsabilidades.
Los amigos de Antonio entendemos que la Justicia, para que lo sea y muestre su eficacia, debe practicarse con prudencia y proporcionalidad. Tan malo resulta para el imaginario colectivo dar la impresión de que faltar a la ley cuesta poco en términos de responsabilidad personal, como mostrar una excesiva dureza que haga dudar de los fines que se persiguen con la medida. La prisión de Antonio nos parece desproporcionada porque debilita y cuestiona su derecho fundamental a la presunción de inocencia. En cambio pensamos que, por las razones que cada una de ellas sabrá, las partes procesales que han interesado la medida desde luego han conseguido que Antonio haya sido objeto de escarnio público previo incluso a la celebración de juicio, y ante todo han conseguido que se le obligue al cumplimiento anticipado de una pena que nadie sabe si algún día se le impondrá. En este sentido, desde la profunda incomprensión y el respetuoso rechazo que nos produce la decisión judicial adoptada al hilo de aquellas peticiones de parte, manifestamos nuestra confianza en que los órganos jurisdiccionales a que corresponda dictarán en breve las oportunas resoluciones para restaurar una presunción de inocencia en este momento gravemente atacada y lesionada, y mediante las que se reponga a Antonio en su derecho a la libertad personal que nunca debió perder.
Así, porque estamos convencidos de la honorabilidad en todos los órdenes de nuestro amigo Antonio y porque la desproporcionalidad de la medida cautelar, prisión comunicada sin fianza, lo sitúa en una posición de desventaja objetiva para afrontar la continuidad del proceso, pedimos la excarcelación de Antonio Fernández García.
Con todo el cariño que somos capaces de transmitir, ¡ánimo, Antonio!
Tus amigos estamos contigo.
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