Mejorar el comedor escolar del Colegio Decroly
Para: Dirección del Colegio Decroly
MEJORAR EL COMEDOR ESCOLAR
Muchos niños se quejan. Muchos padres hemos detectado que su experiencia en el comedor es negativa; que cumplen el trámite lo más rápidamente posible para poder bajar a jugar al patio. Algunos padres hemos ido a probar la comida, comprobar el ambiente, confirmar sus quejas y nuestras dudas. Hemos visto que el margen de mejora es grande y hemos organizado un grupo para estudiar el caso, investigar nuevas opciones y presentar al colegio una alternativa viable que implique tratar el comedor casi como un aula más, que se convierta en un elemento educativo y enseñe a nuestros hijos a saber comer. Para eso no solo hace falta que mejore la calidad de la materia prima, sino también que la elaboración sea correcta. No solo que el menú esté equilibrado sobre el papel, sino también en su ejecución.
Nos hemos reunido con los máximos responsables del colegio y hemos comprobado que, aunque existe intención de cambio, esta está basada exclusivamente en razones económicas y organizativas, y no en una mejora en la calidad del servicio, al que consideran como accesorio, aunque los beneficios anuales que les reporta son espectacularmente jugosos.
La propuesta de la Comisión de Comedor pasaba por compensar las posibles y pequeñas diferencias de precio entre las empresas valoradas por el colegio y la presentada por la propia Comisión ampliando la oferta educativa con talleres, charlas y actividades sobre alimentación y nutrición, tanto para niños como para padres, y la intención es solo una: que nuestros hijos aprendan a comer bien, pero no solo sabiendo lo que es comer mal.
En estos momentos se está valorando, por parte de la dirección del colegio, un cambio en la empresa de catering que tiene la concesión, pero entendemos que éste no responde a las inquietudes ni de los padres ni de los niños, a quienes se trata como clientes de una empresa. Nos sugieren que esperemos, pero las empresas entre las que van a decidir no se encuentra ninguna que destaque por la calidad de su servicio gastronómico o su preocupación por la alimentación, y sí por su volumen de negocio. Será más de lo mismo para nosotros y nuestros hijos, aunque para el colegio signifique una mejora en sus cuentas.
Es matemáticamente imposible mejorar la calidad de lo que se ofrece en el comedor cuando el único factor a tener en cuenta es el precio.
Comer es más que una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son, por ejemplo, uno de los factores de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir algunas enfermedades.
Pedimos a la dirección del colegio que se replantee su decisión, que preste atención real a las demandas de la niños y los padres, que habilite zonas para que los niños puedan traer comida de sus casas y que entienda este servicio como una forma más de educar, además de una forma más de ganar dinero.
Pedimos a la dirección del colegio que nos ayude a trasladar a padres y a hijos la importancia de la alimentación.
