Recogida de Firmas PETICIÓN DE DECLARACIÓN DE LA VILLA DE GÁDOR MUNICIPIO AMIGO DE LOS ANIMALES
Para: EXCMO. AYUNTAMIENTO DE LA VILLA DE GÁDOR
Ya que entendemos que tenemos que avanzar en los derechos de los animales, para evitarles sufrimiento inútil y menos por diversión; recordando aquí la frase de Gandhi: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en como trata a sus animales”. Es por eso que proponemos:
Primero:- Manifestar el apoyo del Ayuntamiento de la Villa de Gádor (Almería) a la declaración de principios que se expone en la ley de protección de los animales 22/2003, del 4 de julio, la cual considera los animales como organismos dotados de sensibilidad física y psíquica y, por lo tanto, sujetos a gozar o sufrir.
Segundo.- Que la Villa de Gádor se declare ciudad contraria a las corridas de toros y amiga de los animales.
Tercero:- Que el Ayuntamiento de la Villa de Gádor no sea cómplice de un espectáculo cruel como el de las corridas de toros ni de ningún otro espectáculo donde se torture a animales.
Cuarto.- Que el Ayuntamiento de la Villa de Gádor no permita los anuncios en los medios públicos municipales de corridas de toros ni de ningún otro espectáculo que produzca la muerte y/o el dolor a animales.
Quinto.- Instar a la Administración a prohibir las corridas de toros y todos aquellos espectáculos dónde se produzca la muerte o la tortura de un animal.
Sexto. – Publicitar estos acuerdos a través de los medios públicos municipales. A la atención de los representantes de cada uno de los grupos municipales del consistorio: Apreciados Concejales, Desde la Villa de Gádor no podemos dejar de hacernos eco de los hechos que en el terreno de los derechos de los animales se están sucediendo en nuestro país. Después de la declaración de Barcelona como ciudad contraria a las corridas de toros y del debate que se ha suscitado desde todos los medios de comunicación con respecto a la posibilidad de prohibirlas por ley, creemos conveniente haceros llegar las siguientes reflexiones y la propuesta de moción.
• Las corridas de toros son, efectivamente, una tradición centenaria en nuestro país; es así y de esta manera la tenemos que valorar, como una tradición histórica. No obstante, no tenemos que olvidar que cualquier costumbre, conducta, comportamiento, no se puede mantener in aeternum por el hecho de ser tradicional, como lo demuestra el hecho que un gran número de prácticas tan tradicionales a lo largo de nuestra historia, como la esclavitud, las ejecuciones públicas, la subordinación de las mujeres a los hombres, la misma pena de muerte, las mutilaciones practicadas a los delincuentes o la tan nuestra matanza pública del cerdo, están ahora prohibidas por ley. Las corridas de toros tienen que ser parte de nuestra historia, no de nuestro presente.
• La creación artística se empobrece cuando se somete a regulaciones, es cierto. Pero también es cierto que cuando la creación artística sobrepasa los límites de lo que la ética impone a cualquier conducta humana, entonces se tiene que someter el arte a la reflexión moral. Es decir, por más que alguien pueda considerar artísticas las corridas de toros, los valores fundamentales de nuestra sociedad nos obligan a rechazarlas, para no caer en graves contradicciones.
• Ningún animal debe ser sometido a maltratos: ni los animales salvajes, para los que tenemos que conservar el medio con la finalidad de permitirles vivir de acuerdo con sus necesidades; ni a los animales domésticos, por el bienestar de los cuales los que ejercemos de dueños tenemos que velar; ni los animales de granja que decidimos criar para alimentarnos, a los que debemos como mínimo unas condiciones dignas de vida, espacio suficiente para realizar ejercicio, una alimentación completa y, finalmente, un sacrificio rápido e indoloro.
• Los representantes políticos de un pueblo tienen el derecho y la obligación de ser pioneros en la promoción de los valores positivos a la ciudadanía. Una sociedad moderna, como la nuestra, no se puede permitir fisuras en el terreno de los derechos de los animales y sería un error terrible no hacer todo lo que esté en nuestras manos para defender a aquellos que no disponen de voz ni voto. Lo que tendríamos que valorar en un político es la valentía de tomar decisiones en conciencia, aunque éstas puedan resultar no gratas en algún sector de la población.