Recogida de Firmas ASESINATO DE DOÑA ESPERANZA FERNANDEZ ARANDA. EN NAVALVILLAR DE IBOR (CACERES)
Para: Juzgado
Los abajo firmantes, autoridades y vecinos de Navalvillar de Ibor (Cáceres) expresamos nuestro más firme repudio al vil asesinato de Doña ESPERANZA FERNANDEZ ARANDA, perpetrado alevosa y cobardemente por Leónides Murillo Fernández, cuyo crimen no puede ni debe quedar impune.
La víctima, hija de este pueblo donde dejo la huella de su inmensa bondad y de su fraternidad sin límites, ni hizo más que ayudar a su victimario y familia, brindándose en cuidados, atenciones y cariño, para que nada les faltara y para mostrarle que siempre podían contar con ella y su familia. Por eso este crimen es doblemente monstruoso y merecedor del máximo castigo.
Leónides Murillo Fernández, también perteneciente a este pueblo, como sus padres y abuelos, jamás evidencié ante nadie, odio o temor alguno hacia Esperanza y su familia. Muy al contrario manifestó siempre su aprecio y reconocimiento, en gestos y palabras. Nadie nunca, que lo frecuentara y puede afirmarse que todo el pueblo lo hizo, en mayor o menor medida, pudo oír de sus labios una sola palabra o percibir en sus gestos y actitudes, una sola evidencia, en toda su vida, que rebelara temor o desconfianza hacia Esperanza y toda su familia. Por ello si dice lo contrario, no solo miente descaradamente sine que injuria a su víctima.
En ninguna etapa de su vida y hablamos de sesenta años transcurrida sin solución de continuidad en este pueblo, mostré adversion o desconfianza alguna hacia nadie. Vivió, como todos, libremente, sin mirar hacia atrás, sin sentirse acosado y sin cuidarse de la posible agresión de nadie, Io que queda demostrado con el desenvolvimiento diario en todos y cada uno de los días de su vida.
Frecuento a Esperanza y su familia, esposo e hijos, acepto su ayuda, alterno con ellos como con otra mucha gente del pueblo, en cacerías, partidas en el bar, fiestas y reuniones y disfruto del calor sin discriminaciones hacia nadie, que brinda este pueblo a todos generosamente.
El repugnante crimen cometido, sin sentido y sin motivo, no solo deja deshecha a una familia a la que se priva de su soporte moral fundamental, sino que lacera la paz y la convivencia de este pueblo que también ha soportado la pérdida de una persona amada, respetada y ahora dolorosamente recordada.
No podemos permitir que de ningún modo y bajo ninguna excusa, este horrible crimen quede sin castigo ejemplar. No podemos permitir que para procurarse coartadas beneficiosas, el asesino empañe la memoria de la víctima. Este crimen no tiene atenuantes.
EI asesino lo perpetro con total conciencia, con fría determinación, procurando sorprender a su víctima, sin darle oportunidad a ninguna defensa, sin advertencia alguna, en la sombra, agazapado y culminando una trama elaborada minuciosamente desde mucho antes, alevosa y cobardemente.
En el preciso momento en el que apretaba el gatillo de su escopeta, casi a bocajarro y para matar, culminaba su plan asesino, elaborado a conciencia y con todo detalle. No le vacilo el pulso ni su conciencia se interpuso en ningún momento la acción fue deliberada y planificada con un detallismo que espanta y a la vez asquea.
Ninguna coartada puede atenuar su plena responsabilidad penal y disminuir el precio que debe pagar en prisión por la bestialidad cometida.
Ninguna dosis de impunidad, alimentada por sus mentiras, puede restar peso a su condigno castigo. Así lo sentimos y así lo reclamamos.
Para Navalvillar de Ibor, pueblo tranquilo y pacifico, que puede preciarse de la más absoluta excelente convivencia entre sus vecinos e, inclusive, con los vecinos de pueblos cercanos y amigos, el 27 de Abril del año 2010 será siempre un día de duelo y de recuerdo y el sitio en que Esperanza fue abatida por su asesino, un lugar sagrado en que su cuerpo dio alas a su alma inmortal y su memoria eterna.
Desde la fuerza de la verdad, todo un pueblo demanda justicia y que todo el peso de la ley caiga sobre el que lo lleno de luto y dolor, sin que se le admitan excusas ni coartadas, sobre todo porque se asientan en falsedades lanzadas para mancillar A SU Víctima, QUE NO PUEDE RESPONDER POR Sl MISMA, PERO QUE CUENTA CON NUESTRA VOZ, QUE ES LA VOZ DE SU PUEBLO.