Acto en memoria y desagravio de las víctimas enterradas en las fosas comunes del Cementerio General de Valencia
Domingo día 17 de abril de 2011 a las 12 horas. Puerta principal del Cementerio General de Valencia
Adhesiones: enviad un correo a
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MANIFIESTO
Exhumaciones judiciales de las fosas comunes.
No al monolito a los fascistas sobre la fosa común de la Sección 7ª Derecha
Setenta y cinco años después del golpe fascista que desencadenó uno de los períodos de mayor represión en la historia de Europa durante el siglo XX, y que proyectó y llevó a cabo el sistemático genocidio de decenas de miles de personas, asistimos al enésimo intento de borrar del pasado y condenar a la desmemoria tantos hechos y tantos nombres que siguen esperando su reparación.
Ahora –y ya desde hace algún tiempo- en forma de exhumaciones sospechosamente apresuradas, irregulares, de cuyos objetivos últimos no es difícil separar algunas inmediatas consecuencias, por ejemplo, la mercantilización de sus resultados o, aún peor, la destrucción de pruebas que conlleva el indiscriminado saqueo de muchas de las fosas que salpican el mapa de los horrores.
No se ha considerado suficiente destruir documentación. En este vasto plan de instalar definitivamente la amnesia colectiva se va directamente a los espacios físicos que nos hablan de todo aquello que no puede quedar impune.
Claro que son necesarias las exhumaciones, pero es claro también que hay ciertos protocolos –que marca una legalidad que ahora se soslaya- de obligado cumplimiento: presencia judicial, intervención forense, pesquisa policial.
La indefensión de las víctimas, la larga negación de sus derechos prolongados en la marginación de sus familiares a una investigación que desvele la verdad y repare mínimamente la exclusión histórica, la cada vez más sólida ocultación y manipulación de la memoria, son asuntos demasiado presentes como para no luchar y exigir justo lo contrario.
Y, en medio de todo ello, la burla de símbolos como el monolito del Cementerio General de Valencia, insultantemente erguido para enterrar, más si cabe, a los muertos. Una nueva arma de destrucción masiva con la que el pensamiento monolítico nos sigue recordando a quienes, victoriosos hace más de setenta años, nos siguen ordenando, en todos los sentidos.
Por todo ello, los y las firmantes de este manifiesto exigimos:
- La retirada inmediata del monolito de la vergüenza.
- La anulación de la Ley de Amnistía de 1977 y de la Ley de Memoria Histó-rica de 2007, auténticos decretos de punto final, orientados a la anulación de responsabilidades en el genocidio y al control de los tribunales de Justicia, imposibilitando cualquier investigación real sobre las víctimas y sus verdugos.
- Exhumaciones judiciales de las fosas.
Verdad, Justicia y Reparación.