Recogida de Firmas Lucha contra la PARALISIS OBSTETRICA BRANQUIAL
Para: Ivan jimenez fuentes
El nacimiento de un hijo, dicen, es el momento más especial para una mujer. Dar vida a una persona que se ha formado dentro de ti, que has alimentado durante nueve meses y a la que quieres incluso antes de nacer. Yo nunca podré experimentar eso, a no ser que la ciencia avance y los hombres empiecen a quedarse embarazados. Pero toda historia de luz y esperanza puede tornarse oscura y esto es lo que le pasó a ella, Sara Fuentes, mi tía.
En el año 2009 tuvo a mi primo Iván, el cual pesó 5,200Kg y midió 56 centímetros, una barbaridad diréis... pues sí. Lo tuvo en el Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla). Once días antes de dar a luz, había estado ingresada dos días y el equipo médico le dijo que optarían por una cesárea, ya que el bebé era muy grande y ella obesa, así se evitarían complicaciones en el parto y con esa decisión la mandaron a casa hasta que rompiese aguas.
Transcurridos los once días y un día antes de provocar el parto, ella se dio cuenta que había empezado a sangrar y asustada fue al Hospital de urgencias, donde la tuvieron doce horas con angustia y dolores. Hubo un cambio de decisión y cambiaron la cesárea por un parto natural ya que mi primo había entrado en parada cardíaca y no daba tiempo a hacer una cesárea. Los minutos transcurrían y la desesperación se notaba en el ambiente. La vida, esa que yacía en su vientre, estaba a punto de esfumarse. Sacaron del quirófano a, la entonces, pareja de mi tía y empezaron a llegar médicos al paritorio. Seis o siete médicos fueron los encargados de extraer a Iván tirándole de la cabeza, los hombros y separándole de su madre. En esa, desde mi punto de vista, mala praxis le arrancaron los cinco nervios del brazo derecho que van unidos a la columna en el cuello, provocándole una parálisis braquial total del brazo (PBO). Iván quedó con el brazo inservible, caído y sin movimiento, provocándole una minusvalía de por vida. Sara, mi tía, quedó desgarrada vaginalmente. Estuvo ocho días ingresada con hemorragias, hasta que decidieron hacerle un raspado de matriz.
A Iván le dieron el alta a los ventiún días. Dejaron que mi tía se lo llevase a casa, aunque medicado con dos inyecciones diarias de anticoagulante, ya que el paro cardíaco le provocó una importante trombósis venosa en la cabeza con la consecuencia, según los médicos, de quedar afectado por una parálisis cerebral u otras parálisis y trastornos.
Los tres primeros meses fueron muy duros para mi tía, ella tenía que asistir al hospital cada vez que se ponía con la menstruación, pues le ocasionaba una importante hemorragia. Al llevar diez meses con hemorragias el ginecólogo, que fue el mismo que llevó el embarazo, optó por ponerle un DIU hormonal para paliar la pérdida de tanta sangre. Dos años mas tarde, después de tantos dolores y molestias vaginales, decidieron quitárselo.
Iván siguió con su medicación durante seis meses hasta que dijeron que el bebé no había sufrido daños graves en el cerebro, sólo a nivel motor en el habla algo que, dijeron, iría desapareciendo con el paso de los años. En ese tiempo luchamos por la operación, tan urgente, que necesitaba. Esa operación consistía en extraer unos nervios de las piernas e implantárselos en el brazo. Debido a que el hospital no le daba fecha para la operación, tuvo que optar por una clínica privada, en París, especializada en estos casos.
Debido a la situación económica que atravesaba y atraviesa, tuvo que recurrir a los medios de televisión, prensa y radio para pedir ayuda y operar a mi primo. Varios amigos y ángeles la ayudamos para montar una gala benéfica donde recaudó el dinero necesario para ir a operarlo. Un empresario que vivía cerca a la pedanía donde vivía, le dio una buena suma económica para que pudiese ir a operarlo a París. Cuando la prensa anunció que se había conseguido el dinero para la operación y que ya había fecha para llevarla a cabo, el Hospital Universitario Virgen del Rocío, la llamó para decirle que habían encontrado un hueco en quirófano para operar a mi primo. Así que devolvió el dinero que aquél empresario le había dado y lo operó aquí en Sevilla.
Iván se operó en abril del 2010, fuera del plazo exigido de los séis meses. Le hicieron una recomposición del plexo braquial. Para ello, extrajeron injertos de nervios de sus dos piernas y se los pusieron en su brazo. Esta operación le costó tres cicatrices, una en cada pierna y otra en el cuello. Desde que nació y hasta el día de hoy ha estado en rehabilitación, terapias, piscina,etc. Su vida, la de mi tía, también quedó extirpada en aquel paritorio el día que dio a luz a mi primo. Perdió su trabajo, donde era fija desde hacía siete años, por dedicarse en cuerpo y alma a su hijo. Iba al hospital a diario y seguía, por las tardes, con ejercicios obligatorios de rehabilitación que le habían enseñado las fisioterapeutas del hospital.
Los hechos se denunciaron y tras, casi, tres años de lucha, salió el juicio en julio del 2012 y hasta ayer, 22 de enero, estábamos esperando la sentencia. Ayer le confirmaron al abogado que habían desestimado el caso, o sea, no consideran que todas las secuelas y los daños sufrido en ese parto sea motivo para una indemnización. Decir que Iván cuenta con una minusvalía física del 45% de momento y en febrero será operado por segunda vez ya que sus dedos no tienen apenas fuerza y no puede llevar una vida normal. En esa operación van a intentar arreglarle la muñeca, ya que la tiene desviada, e injertarle nervios en los dedos, para hacer la mano un poco más útil. Por otra parte, a mi tía le van a extraer el útero (ya está en lista de espera) porque las hemorragias, después de tres años, no cesan y su vida corre peligro.
En el juicio, la jueza, dijo que no tenían suficientes datos como para reclamar. Desde nuestro punto de vista sí vemos que esto ha sido una negligencia médica y, aunque no tenemos rencor hacia el equipo médico ni hacia el hospital, tenemos la esperanza de demostrarlo. Mi tía solo pide una indemnización que, cree, le corresponde pues mi primo aún tiene que pasar por diversas rehabilitaciones y tratamientos de pago y sabiendo que nunca va a estar al 100%.
Fuese fallo o no, Iván está minusválido desde que nació y ella no podrá volver a tener hijos. En estos momentos, debido a la crisis que pasamos en España, no dispone de los medios económicos para recurrir la sentencia y llevar el caso al Tribunal Supremo. Las costas del juicio sería 4.000€. Este texto no lo he escrito para dar pena, este texto fue escrito para hacerte llegar lo que pasó aquel día en aquel paritorio y poder, ahora, pedir ayuda. Dicen que el mundo está lleno de buenas personas, aunque las noticias se empeñan en sacar a los malos y hoy quiero llegar a esas personas y pedir, por favor, que si pueden ofrecer ayuda, no duden en ponerse en contacto con ella.
Aquí os dejo dos enlaces para que podáis ver en qué consiste la lesión:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=jEXNrd2DBQs
http://www.teknon.es/web/santos-palazzi/cirugia-de-la-mano/patologia-compresiva-nervio-radial
REDES SOCIALES Y MÓVIL:
Facebook y Tuenti: Sara Fuentes Ruíz https://www.facebook.com/sara.fuentesruiz.3?fref=ts
Twitter: @Sara10Fuentes https://twitter.com/sara10fuentes
El Blog de Iván: http://samaivan.blogspot.com.es/ (Por si queréis saber mejor su historia)
Sara (Móvil): 657.016.797
Si podéis ayudar económicamente, aunque sea poco, para conseguir los 4.000€ que hacen falta para llevar el caso al Tribunal Supremo esta es la cuenta:
CAJASOL-LA CAIXA: 2100-8352-72-2100244417
A NOMBRE DEL NIÑO: IVÁN JIMÉNEZ FUENTES
PD: Necesitaríamos que un buen médico del Colegio de Médicos le hiciese a Iván un examen exhaustivo de daños y secuelas (cosa que no hicimos por falta de medios económicos) para acudir al juez con un informe veraz. Dicho informe sería crucial y de mucha ayuda.